Para nuevas relaciones y experiencias. Estoy feliz porque trece familias han decidido escolarizar a sus hij@s y durante el curso estas acompañaran a sus hij@s a la escuela y me van a encontrar, a mí, una persona que aún no conocen y que no tienen la suficiente confianza para abrirse y contar sus preocupaciones y sus miedos.

Hacer que las familias se sientan acompañadas y tranquilas es fácil si se hace des del respeto, la prudencia y la sinceridad. Para mí ser respetuosa y prudente supone guardar confidencialidad con la información que una recibe y empatizar con mi interlocutor. Y ser sincera es expresarse y comportarse tal y como una es.
Unas relaciones saludables entre las familias y la persona responsable del grupo, es lograr un entorno de bienestar que favorece a los niñ@s.

Así pues, para poder crear vínculos sanos y ayudar a que las relaciones fluyan, hace unos cuantos años que hago un ejercicio de apertura con las familias recién llegadas. Esta apertura consiste en contar, en la primera reunión de padres y madres, que padezco una enfermedad visual hereditaria que me provoca baja visión. Estoy convencida de que contar un aspecto tan intimo de mi persona, tan abiertamente, ayuda a que el resto de las familias también se abran y se animen a contar sus miedos y sus inseguridades.

También, soy muy consciente que el vínculo de confianza puede desaparecer en un instante, por lo tanto, cuantos más lazos de confianza creamos entre nosotras la comunicación será más sólida y fluida.