“La fotografía es el arte de la observación. Se trata de encontrar algo interesante en un lugar ordinario. Me he dado cuenta de que tiene poco que ver con las cosas que ves y mucho con cómo las ves”
Elliot Erwitt
Y como dice la cita, en un lugar ordinario pero muy bonito y muy tranquilo encontré algo muy interesante. Fue en la cala Chica de Agua Amarga (Almería), esta fue todo un descubrimiento, pequeña, salvaje, tranquila y solitaria. Adjetivos calificativos que describen un sitio maravilloso donde desconectar del ajetreo diario y saborear las tan deseadas vacaciones. Agradezco el haber descubierto este sitio con estas características, ya que en pleno verano, en la costa almeriense, es poco frecuente encontrarse con estos regalos.
La cara dura
¿Habéis jugado alguna vez ha hacer volar la imaginación? Consiste en observar las nubes, los arboles o las piedras para encontrar semejanzas entre estos y elementos de nuestra cotidianidad. Es un juego barato y divertido porque solo requiere motivación y libertad para imaginar y observar. He de decir que si se juega en equipo aún es más divertido, un mismo elemento, según sea la persona que lo esta observando, puede inspirar cosas totalmente distintas. Este verano pasado, en Cala Chica, tumbada en la arena escuchando el vaivén de las olas del mar mezclarse con los gritos y las risas de mis hijos, jugué ha hacer volar la imaginación. Fijaba la mirada en las paredes que rodeaban la cala y vi como la erosión había dibujado en ellas un sinfín de grietas y agujeros. Fueron estas grietas y estos agujeros los que despertaron mi interés, los observaba desde diferentes ángulos para encontrar algo de interesante. Y lo encontré, los siguientes días estuve observando para estar segura que mis ojos y mi mente no me engañaban y estaban viendo lo mismo. Del todo convencida le puse nombre: La cara dura. Y pregunté a mi pareja si él podía ver la cara dura que se escondía entre las enormes paredes. Creo que en un primer momento me miro extrañado pensando si el calor me había afectado en la cabeza. Él no veía ninguna cara, y yo se la describía: la cara dura tiene la boca abierta nos enseña su gran lengua y los ojos los tiene mirando hacia arriba, haciendo una mueca en señal de cansancio, aburrimiento o ¡quien sabe! suplicándole al astro rey que afloje su intensidad porque ya esta harta de tanto calor sofocante. Así pues, desconozcoel el porque de esa cara, su secreto quedará guardado en su cara dura.
La cara dura