Grupito de WhatsApp
Cebeta, Tina y Perleta son tres payasas encantadoras que hacen de su afición un arte. Forman parte de un grupo de animación: Trup de Nassos. Hace ya algunos años se plantearon aportar su granito de arena para que los niños y las niñas que sobreviven en países subdesarrollados pudieran olvidar, por unos instantes, los problemas causados por los conflictos bélicos o las catástrofes naturales que les rodean. En su tiempo libre viajan para dedicarse a dibujar grandes sonrisas en los rostros de esos niños.
Os podéis preguntar ¿qué tienen en común las payasas con Encuadrar La Vida? ¡La genética tiene la culpa! Cebeta al igual que yo también tiene la enfermedad de Stargardt. Se me ocurrió pedirles si les gustaría colaborar en el blog y grabaron unos videos que con mucho humor nos describen determinadas situaciones de la vida cotidiana. Pero ¿qué pasa cuando las mismas situaciones nos suceden a nosotros, los enfermos de Stargardt? ¿cómo las vivimos?
El grupito de WhatsApp
Vivimos en una era digital, en la que la tecnología esta presente en nuestras vidas desde que somos niños, la utilizamos para multitud de funciones y entre estas esta la comunicación, tan importante para nosotros ya que todos tenemos la necesidad de comunicarnos porque todos queremos compartir lo que pensamos, sabemos y sentimos. Podemos comunicarnos con bastante facilidad y rapidez con quien queramos y en cualquier momento, para hacerlo tenemos multitud de herramientas: Facebook, Instagram Twitter, Skype, Telegram o WhatsApp (entre muchas más). Y, concretamente os quería hablar de cómo nos comunicamos cuando lo hacemos por WhatsApp. Los mensajes de WhatsApp suelen ser breves, concretos y sin especificar. Vamos directos a lo que pensamos que es importante para qué nuestro interlocutor nos pueda comprender bien. Pero en ocasiones surgen problemas que dificultan esta comunicación (te olvidas el móvil en casa, esta sin batería o no hay cobertura,…), pero, ¡y si además de estos problemas tienes la enfermedad de Stargardt! ¿qué pasa entonces? ¡Pues que se te echa encima un problemón! Este es mi caso. Mi problemón empieza cuando al comunicarme mi interlocutor no conoce la existencia de mi enfermedad y yo por timidez, pereza o ¡quien sabe! por querer parecerme al resto de la gente no pregunto sobre los detalles del mensaje. Si estos detalles no se especifican se genera en mi una situación de inseguridad personal. Estos son básicos y esenciales para ubicarme en el lugar reduciendo el campo visual y proporcionándome mayor seguridad para lograr el objetivo del mensaje.
Lo ideal sería que nos acostumbrásemos a escribir, decir y recibir cuanta más información mejor, así nos evitaríamos situaciones tales como la que os presento en el siguiente video.
Y por ultimo decir que han tenido que pasar unos cuantos años para darme cuenta que si hago visible mi enfermedad al resto de la gente, automáticamente mejora mi estado personal y emocional.